Diócesis sufragánea

1 vigilar para que se conserven diligentemente la fe y la disciplina eclesiástica, e informar al Romano Pontífice acerca de los abusos si los hubiera; 2 hacer la visita canónica si el sufragáneo la hubiera descuidado, con causa aprobada previamente por la Sede Apostólica; 3 designar el Administrador diocesano, a tenor de los cc. 421 § 2 (*) y 425 § 3 (**).Cuando lo requieran las circunstancias, el Metropolitano puede recibir de la Santa Sede encargos y potestad peculiares que determinará el derecho particular.Aunque la forma más regular es que las provincias eclesiásticas estén constituidas por la arquidiócesis metropolitana y sus diócesis sufragáneas, en la Iglesia latina otras circunscripciones eclesiásticas de régimen ordinario forman parte de las provincias como sufragáneas: arquidiócesis, prelaturas territoriales y abadías territoriales.Cuando alguna de estas circunscripciones eclesiásticas no es sufragánea, se dice que está inmediatamente sujeta a la Santa Sede.En la Iglesia de Inglaterra existen dos sedes metropolitanas: Canterbury y York, que encabezan sus respectivas provincias eclesiásticas formadas por diócesis sufragáneas.