Secundino Gómez

A esa edad cercana a los cuarenta años Secundino Gómez desde la ciudad de León se dedica a administrar el gran patrimonio familiar y en esa administración era pieza fundamental desde hacía una década el abogado Eduardo Dato Iradier, quien se había independizado creando su propio bufete profesional en Madrid con los importantes pleitos de Pedro Álvarez Carballo y Bueno.

Esta gran relación y amistad, que avala un abultado epistolario,[2]​ lleva consigo que Eduardo Dato se presente y salga elegido Diputado a Cortes por el distrito leonés de Murias de Paredes en repetidas legislaturas desde 1884 hasta 1914.

Esta tragedia produce en su padre un retraimiento en su vida pública política que le lleva a rechazar a partir de entonces su presentación como diputado Provincial, aunque volverá años más tarde en las legislaturas de 1909 y 1911 como diputado Provincial del Partido Conservador.

Dos años después, a comienzos de 1901 rechaza el nombramiento de Senador[5]​ del Reino por derecho propio y otros muchos que se le ofrecieron.

Años después, Eduardo Dato, ya presidente del Consejo de Ministros, recordaba emocionado en un acto social a Secundino Gómez “al que profesaba gran cariño”.