Señora Acero

Y por segunda vez le toca despedirse de su hijo Salvador (Michel Duval) ahora convertido en un hombre, y de su gran amor, Manuel Caicedo (Lincoln Palomeque) para combatir a las personas que tanto daño le han causado.

Narra la historia de Vicenta Rigores (Carolina Miranda) una mujer respetada por su lucha por los inmigrantes mexicanos y por lograr el sueño americano.

A todas estas personas se les facilitará su recorrido por Vicenta, conocida en las fronteras como «la Coyote».

Ella sabe que el único delito cometido por muchos de estos inmigrantes es haber nacido del otro lado de una línea que divide los dos países, y por esta razón, está dispuesta a protegerlos con su propia vida.

Para Vicenta, llevar el apellido Acero puede ser su salvación.... o su sentencia de muerte.

Vicenta y Daniel se juran amor eterno al enterrar vivo a Chucho Casares, quien es devorado por los coyotes en medio del desierto, pero el destino se empeña en amargarles la existencia y tendrán que atravesar nuevamente por una sangrienta lluvia de balas.

Las cosas se complican cuando Salvador es llevado a prisión; después de que el presidente Heriberto Roca les pusiera precio a su cabeza y una orden de detencion en cadena nacional e intentarán huir del hotel donde se ocultaba la familia.

Salvador continúa enamorado de su mujer, Rosario (Oka Giner) y anhelan tener un hijo, pero les es imposible debido al abuso que Rosario sufrió por parte de Pepito (Mauricio Henao) en el pasado.

El Gallo Quintanilla (Óscar Priego) decide lanzarse a un cargo político y se convierte en presidente municipal de Matamoros.

Cuando el presidente Heriberto Roca captura a Vicenta y la tortura, el Gallo y doña Cayetana (Lourdes Reyes), sabiendo de los negocios sucios en los que ha estado implicado el presidente de México, lo chantajean para que retire todos los cargos en contra de la familia Acero y rescatar a Vicenta.

Debido a ello, Vicenta, Alberto y la Tuti unen fuerzas para deshacerse del Teca, pero él no descansará hasta verlos destruidos y cumplir con la premisa: "Ojo por ojo... pariente por pariente".