Las primeras descripciones fueron realizadas por Charles Darwin en Bahía Blanca, Sudamérica en su viaje del Beagle.
Basados en cráneos, vértebras y costillas Richard Owen dedujo que era un animal pesado de marcha lenta.
Descubrimientos posteriores han logrado reconstruir por completo al animal y determinar su gran tamaño comparable con el Mylodon.
Sus dientes, en la superficie masticatoria, son elípticos o levemente triangulares, con la serie dentada paralela y continua, siendo tanto las superiores como las inferiores casi del mismo tamaño, lo que denota su dieta herbívora, consumiendo arbustos, hojas y raíces.
Sus extremidades posteriores son largas y robustas, las anteriores son más cortas, terminando ambas en fuertes garras curvadas hacia el interior, por lo que se desplazaba sobre el dorso de sus manos y pies.