La mayor parte del barrio estaba configurado por largas y amplias calles rectilíneas conectadas por otras menores perpendiculares.
Para mayor seguridad, los cantos se colocaban inclinados en un sentido y otro, de modo parecido a la espiga.
Aun así, se sabe que junto a las construcciones domésticas, hay también comerciales y artesanales o industriales.
Tras la destrucción, el emir Alhakén I prohíbe la reconstrucción, ordenando que nunca volviera a ser habitado.
Esto se ha documentado arqueológicamente, puesto que no hay estructuras posteriores a este siglo.