El santuario de Nuestra Señora del Valle se encuentra en Pravia, Asturias, en una zona por la que pasan tres ríos: el Nalón, el Narcea y el Aranguín que hacen muy fértil a la comarca tanto en frutales como en hortalizas.
El santuario lo fundó el «noble caballero praviano» don Pedro Bances en el siglo XII que a mediados de ese siglo fletó una embarcación para ir a Tierra Santa y como acción de gracias por el buen viaje que tuvieron erigió la capilla que llamó de Santa Catalina del Valle.
[3][4] En el siglo XIV se reedificó la iglesia sobre los cimientos de la primitiva y después de las sucesivas reformas ya no queda prácticamente nada del edificio original.
Todo el conjunto está rematado superiormente por una figura del Padre Eterno y entre este y la Virgen se halla una paloma, símbolo del Espíritu Santo.
[2] La devoción a la Virgen del Valle es tal en la zona de Pravia y sus alrededores que es difícil que en cualquier momento la ermita esté sin algunos devotos rezando a la Virgen.