[3] En 1958, como participante del V Congreso Internacional Orthocide, fue recibido en audiencia civil por Francisco Franco, entonces jefe de Estado.
[6] Sus obras mejor valoradas siempre fueron los retratos de corte clásico, aunque pintó también bodegones y naturalezas muertas.
[7] Asimismo, expuso sus obras en diversas capitales españolas, como Madrid, Valencia y San Sebastián, entre otras.
Entre sus obras destacan Retrato de su mujer, Niña del bosque y El Beato Antón Martín.
[13] En Ajofrín (Toledo) se expone un retrato al óleo de Jacinto Guerrero,[14] en el museo homónimo.