En la siguiente centuria, en 1743, el adinerado español Manuel Díaz, quien provenía del Perú, se asentó en el lugar y formó la hacienda «Santa Rosa de Lima» en honor a la patrona del Perú y la ciudad de Lima.
Con el tiempo más personas colonizaron el sitio debido a la fecundidad del suelo y la benevolencia de su propietario.
Sin embargo, gracias al cultivo del añil y cereales, la región fue nuevamente poblada.
Cantones: Copetillo, El Algodón, El Portillo, La Chorrera, La Cañas, Los Mojones, Pasaquinita y San Sebastián.
En ese momento, se produjo una depresión económica que duró justo antes del estallido de la guerra civil en 1979.
El ordeño normalmente se da solo por la mañana y pastoreando el becerro hasta el mediodía junto con la vaca, de la producción de leche se elaboran lácteos de manera artesanal como, cuajada, queso, crema y requesón los cuales en su mayoría son comercializados en el mismo municipio y otro porcentaje es distribuido a nivel regional.
Originalmente explotada por Butters' Salvador Mines, fundada por el ingeniero californiano Charles Butters, la mina operó en diferentes períodos entre 1907 y 1981, con una producción total de aproximadamente 900,000 onzas de oro y trabajos subterráneos desarrollados en ocho niveles.
Junto a la Mina San Sebastián, otras explotaciones mineras marcaron la historia de la región.
Similarmente, la Mina La Lola, situada a 4.8 km al noroeste del municipio, complementaba el ecosistema minero de la zona, aunque con menor documentación sobre sus operaciones específicas.
Las operaciones mineras en San Sebastián estuvieron marcadas por una significativa producción aurífera y una compleja problemática ambiental.
La explotación culminó en 2006 tras la negativa del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN) de otorgar permisos, aunque la minería artesanal continuó, desafiando la Ley Contra la Minería Metálica aprobada en 2017.