El papa Alejandro IV lo declaró un milagro, y ordenó la construcción de una capilla en ese lugar.
En la capilla (la primera a la derecha en la iglesia actual) sigue estando el pozo del milagro.
Inocencio VIII hizo construir la iglesia actual, en un proceso que abarcó de 1491 a 1513.
Finalmente, las obras se completaron en 1604, siendo titular de la iglesia el cardenal san Roberto Belarmino.
Tras él, lo han sido Stefano Pignatelli, san Roberto Belarmino y Antonio José González Zumárraga, entre otros.