María Micaela siempre estuvo protegida por el administrador de la familia, Cirilo Bahía Calvo.Tras grandes dificultades, en 1856 el colegio ha crecido y ya tiene con ella a algunas colaboradoras.Micaela se ha convertido ya en la Madre Sacramento y ese mismo año escribe unas constituciones de su congregación que serán aprobadas por la Santa Sede en 1861.Al colegio de Madrid le siguen pronto Zaragoza (1856), Valencia (1858), Barcelona (1861), Burgos (1863), Pinto, filial de Madrid (1864), Santander (1865) y Guadalajara (1915), esta fundada por su sobrina María Diega Desmaissières.Pero su radio de acción trasciende los límites del Instituto: actúa también en el campo eclesial y social, unas veces a instancias de la jerarquía eclesiástica y otras movida por las circunstancias sociales que la rodean.