Cuando era apenas una bebe su padre fue envenenado mientras pasaba su exilio en la corte del rey Ceretic de Elmet (en lo que hoy en día es West Yorkshire).
La ceremonia fue oficiada por el monje-obispo Paulino, quien había venido desde Roma junto a San Agustín de Canterbury.
En 657 Hilda fundó un nuevo monasterio en Whitby (en ese entonces conocida como Streonshalh), donde permaneció el resto de su vida hasta su muerte en 680.
Evidencia arqueológica muestra que el monasterio original era en estilo celta con sus miembros viviendo en pequeñas casas para dos o tres personas.
Cinco hombres del monasterio se convirtieron en obispos y uno fue venerado como santo, San Juan de Beverley.
Beda dijo "Todos aquellos que la conocían la llamaban madre por su gran devoción y gracia".
La mayoría de los presentes, incluyendo Hilda, seguían las tradiciones del Cristianismo celta pero varios en el reino, incluyendo la reina Eanfleda y su hija la monja Alfleda la cual vivía con Hilda en el monasterio, seguían las tradiciones de la Iglesia Romana.
Convencidos por Wilfrido un mensajero de Roma, se decidió adoptar las tradiciones romanas.
Muchas de las tradiciones celtas siguieron en uso, pero puntos claves como fechas y celebraciones fueron cambiadas.
Las sucesores de Hilda fueron Eanfleda, viuda del rey Oswiu, y su hija Aelfleda.
Posteriormente, en Lindisfarne, la Comunidad de San Aidan y Santa Hilda fue fundada.