Humberto invitó entonces a José Manuel al concierto debut de un experimento en el que estaba trabajando, en el que buscaba combinar la música y raíces mexicanas con el rock, ese proyecto tenía el nombre de Sangre Asteka.
[2] Juntos se pusieron a trabajar en un grupo de canciones compuestas por Humberto, José Manuel y Tizok Briseño.
Estas canciones pretendían conjugar el rock contemporáneo con elementos propios de la música mexicana, la primera incorporación en este sentido fue de tipo instrumental: un acordeón que tocaría Humberto Álvarez y que coquetearía con un poco con el género de música norteña mexicana y la polka un hecho por demás insólito y que fue un parteaguas para que posteriormente grupos y solistas como Julieta Venegas o El Gran Silencio lo intentaran con mejores resultados comerciales.
José Manuel se embarca como invitado en proyectos más disímbolos y underground como en la famosa Suciedad de las sirvientas puercas del Dr. Fanatik, mientras Humberto empieza a interesarse por el etno y la cosmogonía antigua de México.
Para ese entonces Daniel y su novia Alda se habían separado de grupo por lo que, para presentar el disco se solicitaron los servicios del bajista Federico Fong (con quién José Manuel gestaría tiempo después a La Barranca) y Bola Domene (quien fungiría a la larga como baterista de La Lupita).
El proyecto entra en duda respecto a su continuidad, sin embargo se realizan unas últimas presentaciones pendientes, como la visita al Bar SOB's junto a Café Tacuba en Nueva York, lugar donde por cierto a José Manuel le sería hurtada una guitarra (hecho que le serviría después de inspiración para la letra de la canción llamada Día Negro).
Para tal ocasión, Humberto invitó a participar en 3 canciones (provenientes de su etapa en Sangre Asteka) a José Manuel Aguilera, reencontrándose ambos en un escenario después de muchos años.