Redujo a los indios rebeldes, concentrándolos en un pueblo que llamó San Andrés, actualmente San Andrés de Anoto.
Fue enviado para sustituir a Miguel Franco Cordóñez de Soto.
Previamente había sido gobernador en la Provincia de Nueva Andalucía.
No pudo regresar a España de inmediato, sin embargo, ya que no pudo pagar la fianza que se le fijó durante el juicio de residencia que le fincó su sucesor, como era habitual en los cambios de los altos funcionarios de la época.
Debido a esto se quedó en Yucatán hasta bien entrado el año de 1678, cuando fue exonerado de toda responsabilidad incurrida durante su gobierno.