Hoy en día se siguen conservando algunas edificaciones antiguas, en las que se pueden contemplar materiales de construcción utilizados en tiempos pasados como el adobe, la madera y la piedra, así como tejados de pizarra.
El clima es mediterráneo continentalizado con influencia de la montaña, destacando sus fríos inviernos.
La primera referencia escrita sobre este paraje data del año 960, aludiéndose a él como Pedro Diacono y Teodomundo, lo que lleva a deducir que serían sus fundadores y por tanto, sus primeros habitantes.
En este complejo sistema, una minoría privilegiada, la nobleza y el clero, acaparaba la mayor parte del terrazgo productivo y especulaba con el fruto de las cosechas, abocando a la subsistencia a los menos favorecidos.
En el siglo XIX se producen reformas, y las medidas decretadas en el Trienio Liberal (1820 - 1823) suponen una reorganización espacial en ayuntamientos constitucionales, siendo el de San Pedro Castañero uno de los que se formó por entonces en esta cuenca del Boeza e incluso se convirtió en su centro neurálgico, integrando otras localidades de Castropodame.