Basílica de San Miniato al Monte

Dice la leyenda que, poco después de su ejecución, se marchó llevando en la mano la cabeza cortada y volvió a su cueva de ermitaño, en el lugar donde actualmente se erige la basílica, en el Mons Fiorentinus.

Los monjes producen famosos licores, miel e infusiones que venden en una tienda cercana a la iglesia.

Se inició en el siglo XI (probablemente en 1090) y está dividida en dos bandas principales.

La inferior se caracteriza por cinco arcos sostenidos por columnas de serpentina verde con base y capiteles corintios en mármol blanco (recuerda a las basílicas paleocristianas de cinco naves, aunque esta tiene solo tres).

En el centro del pronaos hay una ventana enmarcada por dos columnas con cabezas de león.

En el recuadro superior se encuentra el mosaico Cristo entre la Virgen y San Miniato, de 1260.

El frontón retoma el estilo del primer orden con arcos en blanco y verde.

El interior de la iglesia es inusual, con el presbiterio y el coro sobre una plataforma, a su vez sobre la cripta.

El techo está cubierto con bóvedas de arista apoyadas sobre columnas que dividen, a su vez, el espacio es tres naves centrales y cuatro laterales.

El ábside está decorado con un mosaico del Redentor entre la Virgen y San Miniato, de 1297.

El crucifijo que domina el altar mayor ha sido atribuido a Luca della Robbia.

Interior de la Basílica de San MIniato al Monte
Ábside de la basílica
Capilla del cardenal de Portugal
Zodiaco en el suelo de la basílica