Se trató de una obra muy demorada que comenzó estando a cargo del estudio Pfeifer-Zurdo, se vio paralizada por el efecto Tequila y recién tomó velocidad en el año 2000.[2] San Martín 344 es una torre de perímetro libre y 122 metros de altura que rompe con el tejido y la escala características del centro porteño, donde las calles son angostas y los edificios de menor altura.Esta solución ya había sido aplicada por Álvarez en la torre Intercontinental Plaza.Pero los detalles más representativos de San Martín 344 son su fachada, adonde se intercalan franjas de vidrio opaco y bloques de granito sierra chica con textura similar a piedra pómez; y su remate inclinado que exagera la perspectiva cuando se lo ve desde el nivel de la calle, haciendo parecer más alta al edificio.El espacio del conjunto se generó unificando los terrenos que antes ocupaban dos antiguos edificios adyacentes pertenecientes al diario La Nación: el de la calle San Martín fue demolido totalmente para dar lugar a la torre, y del de la calle Florida se conservó su fachada neocolonial, perdiendo sin embargo todos sus interiores originales.