El lugar se asienta en lo que se llamó en ese período como el Llano del Alto de Nuestra Señora de la Soledad de Barva, localizado entre Quebrada Seca y río Segundo, que en 1777 fue adquirido en pública subasta, efectuada en Guatemala la Nueva, por Don Francisco Antonio Pérez.
En esos terrenos se desarrolló el paraje que se denominó Quebrada Seca y posteriormente dio origen al poblado San Joaquín; este último se menciona en 1819, en testamento de Don Antonio José Salas y su mujer Gertrudis Montero.
El incipiente poblado se convirtió en el núcleo de un pequeño territorio que durante el siglo XIX fue creciendo bastante, recibiendo las categorías de barrio, cuartel y distrito del cantón Heredia.
Fue así como al año siguiente Quebrada Seca (San Joaquín) tenía una escuela.
La escuela pública inició sus labores a mitad del siglo XIX, a la que asistían solo varones, la cual utilizó una pieza del llamado Cabildo, localizado a una cuadra al norte y otra al oeste de la esquina noroeste de la plaza que de acuerdo con la tradición el primer maestro fue Don Trinidad Díaz, vecino de Heredia.
En 1890, se construyó el primer edificio para la escuela pública, situado en la esquina noroeste de la iglesia.
La imagen del Patrono San Joaquín, traída de Guatemala, se bendijo en 1866.