[1] Posteriormente se trasladó al monasterio benedictino de los Santos Niños Justo y Pastor, ubicado a las afueras de Córdoba.Allí San Félix fue degollado el 14 de junio del año 853, junto con sus compañeros San Anastasio y Santa Digna, bajo la persecución de Muhammad I (hijo y sucesor de Abderramán II).Su cuerpo se expuso clavado en un arado antes de ser quemado el cadáver.Los huesos que no fueron destruidos por el fuego se arrojaron al río Guadalquivir, de donde fueron recogidos por los monjes del monasterio.El 9 de enero de 1607 se recibieron las reliquias en la ciudad con una solemne fiesta, que duró cinco días, para depositarlas en la cripta de su Catedral-Magistral, donde se siguen venerando.