Benito de Nursia
Fundó la orden de los benedictinos cuyo fin era establecer monasterios basados en la autarquía, es decir, autosuficientes; comúnmente estaban organizados en torno a la iglesia de planta basilical y el claustro.Es considerado patrón de Europa y patriarca del monacato occidental.Estaba al comienzo de la vida, y tenía a su disposición los medios para una carrera como noble romano; claramente no era un niño sino un adolescente.El camino continúa ascendiendo, y el lado del barranco, en el que corre, se vuelve más inclinado, hasta que se llega a una cueva por encima de la cual la montaña ahora se eleva casi perpendicularmente; mientras que a la derecha, cae en un rápido descenso hacia donde, en los días de San Benito, 500 pies (150 m) más abajo, se encuentra el lago.Allí conoció a Román (Romano en italiano), un monje de un monasterio cercano que estaba dirigido por un abad llamado Adeodato, que vestido como un monje le señaló una cueva austera del monte Taleo (actualmente en el Monasterio de Santo Speco), donde Benito vivió como un ermitaño durante tres años hasta la Pascua del año 500.En su camino desde Enfide, Benito y Román discutieron sobre el propósito que lo había llevado hasta allí.Román, nos dice Gregorio, sirvió al santo en todo lo que pudo.El monje aparentemente lo visitaba con frecuencia, y en ciertos días le traía comida.Hacia los años 525-529 d. C. el experimento fracasó y algunos monjes trataron de envenenarlo.Otro de sus milagros fue cuando un cura de la zona llamado Florencio, movido por la envidia, decide envenenar su pan, cuando Benito rezó una oración sobre el pan envenenado entró un cuervo y se lo llevó.En Subiaco fue el lugar donde permaneció unos 30 años predicando "La Palabra del Señor".La regla en la que se organiza con detalle la vida de los monjes, también introdujo el canto coral durante la celebración del oficio.Declarada de Interés Turístico Nacional, es la romería más representativa de Canarias,[5] en la que participan grupos venidos desde todos los rincones del archipiélago quienes le rinden culto con devotas oraciones.En el siglo XI apareció la reforma del Císter, que buscaba recuperar un régimen benedictino más ajustado a la Regula.Se incluyen en esta cifra monasterios de confesión protestante, tanto anglicanos como luteranos.