), cuyos miembros son conocidos como benedictinos anglicanos, forman una orden religiosa anglicana, que viven según la Regla de San Benito y comparten muchas similitudes con sus homólogos católicos.
[1] Las primeras comunidades religiosas restauradas se remontan a la primera mitad del siglo XIX, luego de las supresiones de la Reforma protestante.
Entre estas se encontraban un grupo de monjas benedictinas.
Inmediatamente se hicieron esfuerzos por restablecer las congregaciones benedictinas masculinas.
El obispo de Worcester nombró como primer abad a Anselmo Mardon.