Era hijo del matrimonio entre un padre español y una madre argentina: José Maciá y Teresa Carbó; realizó sus estudios secundarios en el Colegio de la Inmaculada de Santa Fe.
[4] Maciá fue elegido diputado de la Legislatura entrerriana en 1884, renovando su cargo dos años después.
[4] En 1894, el gobernador Hernández le ordenó la creación de un reglamento policial, el cual fue concluido durante su gestión como gobernador (1895 - 1899), cuando promulgó un Decreto sobre Reglamentación Provincial, esperando la decisión de la Legislatura.
[4] Salvador Maciá llegó al gobierno mediante un movimiento de las dos facciones entrerrianas del Partido Autonomista Nacional: la hernandista y la racedista, en la que ambas se unieron y presentaron la fórmula Maciá-Gigena.
Tras triunfar en los comicios, la alianza logró la adhesión de los independientes mediante un discurso pronunciado por Maciá en la asamblea de dirigentes, en el que reflejó su pensamiento político, opuesto al radicalismo, y admitió su nepotismo, el cual generó revoluciones posteriores:[6] Asumió el cargo de gobernador en enero de 1895,[12] reemplazando al Dr. Sabá Zacarías Hernández; entre sus ministros eligió a Torcuato Gilbert, Ramón Parera y Fortunato Calderón.
La primera insurrección provino del propio oficialismo, en un movimiento liderado por el vicegobernador Francisco S. Gigena,[6] quien posteriormente fue destituido mediante un juicio político.
[15] El político Benito E. Pérez, quien posteriormente sería diputado nacional, describió muy críticamente al presidente Julio Argentino Roca algunos aspectos del gobierno de Maciá:[16] [El gobierno se halla] en manos de un tío y tres primos del Gobernador, y del Dr. [Leónidas] Echagüe y sus cuatro sobrinos, que han hecho de él su patrimonio exclusivo.
Por su parte, los funcionarios Leonidas Echagüe y Carlos M. Zavalla desmentían su parentesco.
El primero negaba las relaciones entre muchas de las familias del gobierno,[nota 1] aunque admitía que se habían contraído algunas afinidades debido a los matrimonios.
[16] Los miembros del PAN y del Partido Independiente que habían ayudado a Maciá a llegar al poder no estaban de acuerdo con su forma de gobierno (principalmente con el nepotismo, que no les permitía acceder al poder), por lo que decidieron romper relaciones.
Durante su gobierno se sancionó una ley que declaraba la imposibilidad de embargar las semillas.
Fue elegido como diputado nacional, mientras el gobierno provincial preparaba la maniobra política en vistas de los comicios gubernativos.
Se postulaba como candidato a Leonidas Echagüe, quien hasta ese momento se desempeñaba como senador nacional, cargo que ocuparía Maciá, y a Samuel Parera Denis como vicegobernador.
[17] Maciá envió tropas para recuperar la ciudad, pero cuando llegaron a ella la mayoría de los revolucionarios se habían escapado a bordo del vapor Posadas hacia Buenos Aires.
[17] La elección se concretó tras la revuelta, con el triunfo de la fórmula oficialista.
[18][25] Por su parte, Maciá trató de justificar la revuelta, exonerando de toda culpa a los responsables:[26] Maciá fue elegido nuevamente como senador nacional al finalizar su mandato provincial en 1899,[3] acompañando al presidente Roca en su viaje a Brasil.
[29] Maciá admitía que si en ese año se hubiera propuesto la fundación, él la hubiera rechazado debido a la época de fragilidad económica que se atravesaba.
[32] En esta ciudad también existe una calle que lleva su nombre, sobre la cual se emplaza el Hipódromo.