Llegó a Buenos Aires en 1841 y, tras dedicarse un corto tiempo al comercio, se doctoró en derecho en la Universidad de Buenos Aires.
Allí fundó un nuevo colegio secundario, el diario Le Moniteur, en idioma francés, y una cátedra en la Universidad.
Abandonó el cargo a fines de 1863, por un conflicto con el gobernador Urquiza, y también porque quería regresar a Buenos Aires, ciudad mucho más cómoda y donde los sueldos eran más altos.
Más tarde fue miembro del Consejo Nacional de Educación.
Entre sus descendientes se cuentan los políticos conservadores Emilio J. Hardoy y Alberto María Fonrouge.