Describe su trabajo como una mezcla de surrealismo, cubismo y arte abstracto.
Aunque los cuatro primeros años se hicieran difíciles, los vecinos e invitados le animaron a seguir con su trabajo, y poco a poco, la calle se transformó de un área de barrio bajo a un centro animado afro y cubano.
Los niños y jóvenes cubanos aprenden a pintar en los talleres.
Los domingos se organizan bailes de rumba y música cubana en la calle cada viernes.
Desde 1990 sus obras han sido incluidas en varias exposiciones en Cuba y a partir de 1992 ha tenido varias exposiciones en el extranjero: Noruega: Dinamarca: México: Puerto Rico: Estados Unidos: España: Además de varias pinturas murales en Cuba, ha realizado murales en el extranjero: Venezuela: Noruega: México: Dinamarca: Estados Unidos: San Martín: Puerto Rico: Italia: Además de varias esculturas en Cuba, también en: Dinamarca Varias entrevistas de vídeo han sido producidas por la TV cubana y por otras: en 2002 un documental de 79 minutos titulado «Una Leyenda cubana: la Historia de Salvador González» fue producido por Bette Wanderman.