En realidad, el arroyo Bebedero encauzó agua desde el río Desaguadero hacia la salina en diferentes oportunidades, durante episodios de crecientes importantes.
Los antecedentes para restaurar el río Bebedero y de la Laguna homónima comienzan en 1896, cuando la legislatura autoriza mediante ley realizar los estudios pertinentes.
Estudios geomorfológicos y paleoclimáticos permitieron reconocer varias líneas de costa concéntricas, para las que se obtuvieron edades isotópicas (carbono 14) comprendidas entre 20.000 años antes del presente (a.AP), hasta aproximadamente 12.000 a.AP.
El desecamiento posterior de la laguna se correspondió con el calentamiento con el que terminó esa glaciación.
El segundo ocurrió entre los siglos XVIII y XIX (correspondiéndose con el mínimo de actividad solar denominado Dalton).
Esas dunas fósiles fueron activas durante los momentos del Pleistoceno en que la laguna tuvo sus niveles más elevados, e indican vientos muy constantes soplando desde el cuadrante sudoeste.
La misma se realiza raspando esa costra y formando cordones de sal con máquinas especiales.
Otras máquinas cargan la sal desde esos cordones hacia camiones volcadores, los que la transportan hasta las parvas ubicadas en las playas de la salina.
La empresa tiene un fuerte liderazgo en el rubro, logrado por continua inversión en tecnología, y capacitación de su personal.
La maquinaria usada ha permitido relevar al personal de las primitivas condiciones laborales, situación que lamentablemente, a 2006, subsisten en otras salinas.