La mayoría de los salones rosas en Japón no permiten la entrada a extranjeros.
Los salones rosa cuentan con personal en las calles cuya función es atraer clientes e indicar el camino hacia la recepción, donde se escoge diferentes planes y tarifas.
Se requiere que el cliente observe su higiene, ofreciéndosele lavabos, cortauñas, alcohol desinfectante y enjuague bucal antes de continuar.
Al término del servicio se ofrecen toallas húmedas para limpiarse y tissue.
Algunos salones tienen un sistema circular en el cual tres mujeres rotan en periodos de 20 minutos hasta que el cliente haya sido atendido por todas ellas.