Ghariani utilizó su posición para presionar por la introducción de la sharía o ley islámica en la Constitución del nuevo sistema político emergente.
Para entonces Ghariani ya había abandonado Inglaterra y huido al extranjero.
Días después fue cesado como gran muftí por el parlamento, decisión que Ghariani se negó a acatar.
Su autoridad religiosa siguió siendo reconocida en las zonas bajo control de las fuerzas islamistas, organizadas en el autoproclamado Congreso General Nacional.
[5][4] Ghariani utilizó de nuevo su autoridad religiosa con fines políticos, declarando una fetua contra el general Jalifa Haftar, una de las figuras más importantes del bando gubernamental, al tiempo que llamaba a la yihad contra él.
Según el religioso, sus miembros serían elegidos de acuerdo a su "honestidad".