El 93 se convirtió en el primer Saab en ser exportado desde Suecia, con la mayoría de los vehículos destinados a Estados Unidos.
Incluía como opciones un embrague Saxomat automático, fabricado por Fitchel & Sachs, y un techo retráctil.
También recibió una nueva parrilla y luces intermitentes para reemplazar los indicadores mecánicos.
Otro avance: la mezcla de aceite y gasolina se realizaba automáticamente.
En 1960 apareció el 93F, con la letra F haciendo referencia a la palabra "Front" (frente), indicando que las puertas de este modelo, equipadas con bisagras delanteras, se abrían normalmente, como en la mayoría de los vehículos modernos.