El cliente, por su parte, puede utilizar las diferentes funciones del software sin más preámbulos[1].
Regularmente el software puede ser consultado en cualquier computador, se encuentre presente en la empresa o no.
Pero si el usuario necesita que otra persona al extremo del globo terráqueo consulte su lista de clientes, cobros pendientes o precios, y los quisiera manipular con el mismo software, necesitaría otro CD-producto, o necesitaría bajar ese programa ejecutable de la web, y generalmente necesitaría otra licencia para ese producto, o hacer uso de una VPN, o comunicarse mediante correo electrónico con la sede de operaciones.
El modelo de nube (o SaaS) no necesita una distribución indirecta, ya que no se distribuye físicamente y se despliega casi al instante, lo que anula la necesidad de socios y revendedores tradicionales.
La primera de todas fue creada por Bitium y proporciona servicios SSO a negocios que operan con múltiples aplicaciones.
Zoho y Suitsoft son dos compañías que ofrecen SIPs a día de hoy.
La Fundación del Software Libre (FSF) ha criticado el SaaS, debido a que supone ceder el control de las tareas de computación y los datos al proveedor del servicio.
[13] La licencia GNU AGPL (Affero GPL) nació en parte como respuesta al SaaS, la cual demanda que el proveedor del SaaS ofrezca el código fuente a los clientes del servicio.