Debido a la mucho más baja inclinación orbital del HST en comparación con la Estación Espacial Internacional (EEI), la tripulación del Atlantis no podrá utilizar la estación como un refugio seguro y seguir el habitual plan de recuperación.
La STS-125 se retrasó aún más, permitiendo al Discovery realizar la misión STS-119 y volviendo a asignarse al Endeavour la misión de rescate, que nuevamente pasó a denominarse STS-400.
En enero de 2009 se anunció que la NASA estaba evaluando realizar los dos lanzamiento desde la rampa 39A para evitar más demoras a la misión Ares I-X, programada para el lanzamiento desde la rampa LC-39B después que la STS-400 la desocupara.
La segunda opción evaluada sería realizar un rendezvous entre los transbordadores, sin contacto físico, y transferir a la tripulación mediante el brazo robótico, pero también fue descartada por el alto consumo de propelente que supondría mantener a ambos transbordadores uno cerca del otro durante toda la operación.
Después de su más reciente misión (STS-123), el Endeavour fue llevado al VAB para mantenimiento rutinario.
El tercer día finalizaría la transferencia y poco después se realizarían las maniobras de regreso a la Tierra.