En 1824 concluyó sus estudios en Estocolmo con Berzelius y cuatro años después, en Berlín, logró sintetizar en el laboratorio un producto elaborado por los organismos vivos, la urea.
Esta sustancia, también llamada carbodiamida (NH2 – CO – NH2), aparece en la orina humana y de muchos animales, aunque también se encuentra en algunos vegetales.
Con esta síntesis, Wohler derrumbó los principales argumentos de los vitalistas, y en particular los de su profesor, que en un principio se negó a admitir el hecho científico.
Este, al calentarse, sufre una "transposición", convirtiéndose en urea:[1] Como alternativa, la reacción se puede realizar con cianato de plomo y amoníaco.
[2] Industrialmente se fabrica la urea calentando el carbamato amónico, que se obtiene haciendo reaccionar a presión el amoníaco y el anhídrido carbónico.