[2] La «astenia prolongada» puede derivar al diagnóstico del síndrome de fatiga crónica.
No mejora o incluso se agrava con el reposo y suele estar asociado a un trastorno del sueño.
Se caracteriza por ser máxima por la tarde, en horas del atardecer, es fija y sin variaciones o fluctuaciones.
La astenia puede afectar las funciones intelectuales: pérdida de la memoria, menor atención, concentración y vigilancia.
Si no se alivia durmiendo bien, y con poco estrés, debe ser valorada médicamente.