En la Islandia medieval existieron varios símbolos mágicos (en islandés, galdrastafir) o rúnicos, con supuesta capacidad de producir efectos sobrenaturales.
[1] Hasta la fecha no se han encontrado fuentes escritas anteriores al siglo XVII, pero se han conservado en grimorios del mismo periodo y posteriores.
[2] De acuerdo con el Museo de Adivinación y Brujería de Islandia, los supuestos efectos de muchos de estos símbolos eran muy relevantes para los islandeses de aquel tiempo, quienes mayoritariamente practicaban la agricultura de subsistencia y debían lidiar con un clima hostil.
Tras una visita al citado museo en el verano de 2006, Apostolos Syropoulos recopiló bastantes de los símbolos mágicos locales.
[3] La base de datos resultante está incluida en las distribuciones de Fedora.