El relato está situado en el colegio San Francisco Javier, de Vannes (Bretaña), donde el novelista pasó cuatro años de “infierno” y de donde fue expulsado, a los quince años, en una situación más que sospechosa.
Niño robusto y sano en cuyo cuerpo retozan con plenitud las fuerzas libres de la naturaleza y en cuya virgen inteligencia no ha entrado, el joven Sébastien Roch llega al colegio a los once años.
Cuando se va, cuatro años después, expulsado vergonzosamente, todo está muerto en él.
Durante la guerra de 1870, Sébastien dice "Yo no mato", y muere en condiciones absurdas : el ejército acaba el trabajo de destrucción empezado por la Iglesia católica.
Para el, lo que se llama "educación", en realidad, es una violación del alma de los jóvenes.