[1][2][3] Durante los últimos años, ha sido galardonada con diversos reconocimientos nacionales e internacionales por su lucha contra la construcción de dos plantas hidroeléctricas en la cuenca del río Ene que ponían en peligro territorios tradicionalmente pertenecientes al pueblo asháninka, siendo el Premio Medioambiental Goldman de 2014 el más importante.Durante la década de 1980, la violencia social en Perú se incrementó radicalmente debido al enfrentamiento entre el Gobierno estatal y el grupo maoísta Sendero Luminoso.Relataba así su experiencia:[6] En 1995, regresó a Satipo con su familia, recogió sus documentos y se matriculó en el primer curso de la escuela nocturna.Había sido fundada en 1994 en representación de las 17 comunidades tituladas en la cuenca del río Ene junto con 33 anexas,[1] pero no contaba con oficinas ni equipos verdaderamente organizados.En un primer momento, los hombres asháninkas no vieron con buenos ojos que una mujer fuera su líder, pero pronto se ganó la confianza de su pueblo.Actualmente todavía ocupa este puesto, siendo la principal representante de una población que oscila entre 10.000 y 12.000 personas en la cuenca del río Ene.Según la propia Ruth, los 175.000 dólares correspondientes al galardón serían invertidos en la educación de sus hijos y en la CARE.[3] En abril del mismo año la prestigiosa revista The Atlantic escribió un artículo sobre ella titulándolo "La mujer que rompe mega-presas".Además, la desnutrición alcanza un 72% en la comunidad asháninka, acentuándose el problema en las mujeres, cuya esperanza de vida oscila entre los 45 y los 50 años.[1] Para combatir estas dificultades es requerida una mayor presencia estatal en la zona, pero según la CARE no existe la voluntad política:[2]