Al año siguiente Central recuperó la categoría, cumpliendo una arrolladora campaña.
En 1944 convirtió 19 goles; sus buenas actuaciones atrajeron la atención de Racing Club, que lo fichó en 1946.
Su paso por el cuadro auriazul dejó la marca de 108 encuentros jugados y 69 goles convertidos.
Sus primeros partidos fueron durante la 11.º edición de la Copa Rosa Chevallier Boutell, que se disputaba ante Paraguay.
Ambos encuentros se disputaron en Buenos Aires, y en el primero de ellos Bravo marcó un gol.