De origen humilde, desde pequeño pasó mucho tiempo en los potreros, primero en el club La Aurora y luego en Central Córdoba.
En esa primera temporada marcó un total de 10 goles; sin embargo su equipo descendió a la segunda división.
En el Campeonato 1946 continuó siendo pilar fundamental del equipo centralista, aun cuando aparecieron otros delanteros con grandes rendimientos en el goleo, como Federico Geronis y Benjamín Santos.
Así, en 1948 fue transferido a Huracán formando parte de un trueque en el que pasaron tres jugadores del Globo a Racing y cinco del equipo de Avellaneda al quemero.
Sus continuas acciones provocativas le granjearon el afecto de la parcialidad auriazul; muy recordados son sus cruces en los clásicos con Ángel Perucca.
Fue el referente del club durante la década de 1940 junto al gran capitán Alfredo Fógel.
[12] Convirtió un total de 98 goles: 61 en primera división, 33 en la segunda categoría y cuatro por copas nacionales.
Incluso esta, una vez normalizada su situación, declaró que el Torito no había participado del hecho.
También penó con 6 meses de cárcel al médico policial Frank Michel Poenitz por su actuación en el hecho.