En Roma tuvo como compañero de estudios Estanislao Kostka, después canonizado.Allí los misioneros tuvieron que soportar imposiciones de paganos y brahmanes, los cuales consideraban la península casi territorio sagrado; sus ataques a menudo desencadenaron acciones punitivas de los portugueses y eso aumentó la intolerancia, que suponía un peligro creciente para los misioneros.El 25 de julio de 1583 levantando una cruz, la población, instigada por el jefe Pondù, los locales atacaron y los mataron a los católicos y, arrojados a un pozo.Así terminaron la vida de los licenciados en derecho, presbíteros y mártires Rodolfo Acquaviva, Alfonso Pacheco, Pedro Berno, Antônio Francisco y del religioso Francisco Aranha.Sus cuerpos fueron recuperados tiempo más tarde por los portugueses y traslados en 1597 de forma solemne a Goa.
Cartel con el martirio de los jesuitas de Cumcolim.