Aunque se le ha supuesto un primer periodo de formación en Ferrara, Padua o Venecia, su estancia en Italia no se ha comprobado.
Obra característica de su capacidad de aunar influencias flamencas e italianizantes, el retablo de San Nicolás, contratado con el vicario Juan Albarrací, incorpora también imágenes tomadas de Bartolomé Bermejo y el mismo recurso a firmar en un pliego de papel o pergamino doblado parece tomado del San Miguel del cordobés.
Habiendo padre e hijo trabajado en estrecha colaboración, las obras salidas de su taller suelen atribuirse a ambos.
[3] Se han considerado los aspectos más avanzados propios del hijo, sin embargo, mientras que la actividad del padre llegó hasta 1518, la del hijo, fallecido antes, abarca de 1465 a 1514.
Al segundo se debería la tabla de la Epifanía, conservada en Londres, que está firmada por «Lo hijo del maestro Rodrigo», en la que, al contrario, parece apreciarse una tendencia más tradicional que en las obras consideradas del padre.