Roberto II de Bellême

Al año siguiente estalló la Rebelión de 1088, que se declaró en Pascua.[10]​ Cuando William Rufus bloqueó la ciudad y construyó dos contra-castillos, la guarnición comenzó a negociar una rendición honorable, tratando de que se les permitiera conservar sus tierras y servir el rey.Rufus rechazó estos términos; estaba furioso e inicialmente intentó que se ahorcara a los traidores o «que se les ejecutara para borrarlos de la faz de la tierra».[11]​ Roger de Montgomery y otros grandes barones intercedieron ante el rey, Roger en nombre de sus hijos, hasta que finalmente en julio se negoció una rendición semi-honorable entre el rey y los rebeldes.Rufus, aunque a regañadientes, garantizó la vida e integridad de los rebeldes y les otorgó un salvoconducto.[12]​ Casualmente Robert navegó a Normandía en compañía del conde Enrique (el futuro Enrique I), que no había tomado parte de la conspiración contra su hermano William Rufus.Tras conocer que su hijo había sido encarcelado, Roger de Montgomery, Conde de Shrewsbury se desplazo inmediatamente a Normandía y alertó a todos sus castillos contra el duque.[14]​ Al llegar a este punto la familia Montgomery estaba en rebelión contra Robert Curthose.[15]​ El Obispo Odo instigaba ahora al duque Roberto para ocupar todos los castillos de Robert de Bellême por la fuerza, por lo que el duque reunió un ejército y los atacó.Comenzó atacando Ballon y después de pérdidas en ambos bandos, el castillo se rindió.[20]​ En 1098 capturó a Elias I, Conde de Maine para Rufus, una hazaña significativa.[32]​ Enseguida quedó claro que Enrique no tenía intención de atenerse a lo acordado.[34]​ Cuando Robert se negó a responder en 1102, Enrique asedió y capturó los castillos ingleses de Rober.[37]​ Pero Enrique aún desconfiaba de Robert y colocó a sus seguidores en posiciones claves en Normandía.[39]​ Aparentemente Enrique había preparado ya los cargos; no asistir a la corte de Enrique tras ser convocado tres veces; no rendir cuenta; y actuar contra los intereses de su señor.[40]​ Técnicamente Robert puede haber sido culpable pero no era seguro para él asistir a la corte, pudo haber considerado regalos sus ingresos y es también discutible si el cargo de actuar contra los intereses de Enrique era proporcionado a la severidad del castigo.[42]​ Orderico Vital retrata a Robert de Bellême como un villano, especialmente cuando lo compara con Enrique I, cuyos desmanes consideraba exclusables."[43]​ Por citar a David C. Douglas «Orderico, si bien crédulo, no era malicioso ni un mentiroso; y estos relatos afectaban a gente de las que tenía especial conocimiento» [la familia Bellême-Montgomery ].