Su padre Jesús Cruz nació en una familia pobre, de niño vendía leña para subsistir, al crecer compró minas, concesiones que lo hicieron millonario y se casó con Tomasita Díaz Lagarda.
Roberto Cruz fue comisionado en una misión diplomática en Europa y gente dentro del Partido Nacional Revolucionario (PNR) lo querían como embajador.
Fueron fusilados por órdenes directas del presidente Plutarco Elías Calles, sin que mediara proceso judicial alguno y no obstante existir un amparo para detener ese asesinato.
[1][2] Abrazó y defendió la causa revolucionaria con Francisco I. Madero en el pueblo de Álamos, Sonora.
Así dio principio a su carrera militar que lo volvió reconocido tanto por gobiernos nacionales como extranjeros: fue un personaje renombrado en Estados Unidos al momento de exiliarse.