Fue famoso por enfrentarse al bloqueo continental británico en el océano Índico, desde las islas de Mauricio y Reunión.
Posteriormente, amasó una gran fortuna como naviero, gracias al corsarismo, actividades comerciales,[1][2] y como terrateniente[3].
Era reconocido por su galantería y caballerosidad, por lo que fue apodado el rey de los corsarios [Roi des Corsaires].
Sus éxitos en el área marítima, en la cual Francia no cosechó más que fracasos frente la Armada británica, le convirtieron en un héroe muy popular.
Después de sus actividades como corsario, Robert Surcouf hizo comercio marítimo que le permitió aumentar su fortuna.