Robert Stack

A partir de 1954 su vida profesional da un giro, y empieza a encadenar películas de mayor presupuesto y acogida comercial: The High and the Mighty (1954, William A. Wellman), sólido drama de catástrofe que se adelantó al famoso subgénero de los años 70 y en un reparto que incluía a John Wayne, Claire Trevor, Laraine Day o Robert Newton; el clásico del cine negro La casa de bambú, de Samuel Fuller (1955), donde realizó su mejor interpretación hasta ese momento, y en donde acompañaba en la trama a Cameron Mitchell, Robert Ryan, un jovencísimo Brad Dexter o el ya por entonces veteranísimo Sessue Hayakawa; La terrible Miss Dove, de Henry Koster (1955), elegante melodrama sureño en el que seducía a una inmensa Jennifer Jones; y el estimable wéstern Una pistola al amanecer (1956), del casi siempre magnífico Jacques Tourneur, junto con Virginia Mayo y Ruth Roman.

En 1956 surge su primera colaboración en los estudios Universal con el reconocido cineasta de origen alemán Douglas Sirk, y con ello Stack entra en su momento más dulce como actor.

En 1958 repite con Sirk en un filme ciertamente fascinante basado en una historia de William Faulkner: Ángeles sin brillo, tercero en discordia entre el matrimonio de aviadores que formaban Rock Hudson y Dorothy Malone, y también junto con Jack Carson.

En los años setenta, Stack regresa a los Estados Unidos y concentra sus apariciones en la pequeña pantalla.

Por último, en 1979 interviene para la gran pantalla en el mayor fracaso comercial de Steven Spielberg: la comedia 1941 (id.