Los torneos abiertos son los que más se juegan con ritmo clásico a caída de bandera.
Una vez completadas tres jugadas por cada jugador, no pueden hacerse reclamaciones relativas a una incorrecta ubicación de las piezas, la colocación del tablero o los tiempos que figuran en los relojes.
En caso de otras irregularidades un jugador pierde el derecho a reclamar una vez que haya tocado una pieza.
Se considera que la bandera ha caído cuando un jugador ha hecho una reclamación válida a tal efecto.
Una «partida de Ajedrez Relámpago» es aquella en la que todas las jugadas deben efectuarse en un tiempo fijo menor a 10 minutos para cada jugador.
En cualquier caso, el adversario está autorizado a reclamar la victoria antes de hacer su propia jugada.
En este último control puede o no haber incremento de tiempo por jugada.
En ese caso podrán dejar de anotar las jugadas, pero deberán completar sus planillas una vez superado el control.