En la Primera Guerra Mundial fue geólogo militar, en el sudeste de Europa.
En 1938 se convirtió en jefe honorario de la colección paleobotánica del Senckenbergische Naturforschende Gesellschaft, un Departamento separado en 1941.
Junto a su amigo Hermann Weyland examinó la flora devónica, en Renania; y después realizó reconstrucciones de follaje del Terciario.
Otros puntos clave fueron maderas de coníferas fósiles y la flora del Mesozoico en el sur de Alemania, Austria (en particular Lunz) y Suiza (en Basilea), por ej.
Sus últimos viajes también fueron causadas por la destrucción del castillo, cerca de Frankfurt, donde se hallaba sus colecciones, por los bombardeos en la Segunda Guerra Mundial.