Estos sistemas de trato honorífico o reverencial se han destacado tanto para la forma registrada de la era del contacto del siglo XVI (náhuatl clásico) como para las variedades modernas.
Los lingüistas han identificado al menos cuatro niveles distintos de tratamiento honorífico dentro y entre las variantes del náhuatl.
Los compadres, o padrinos, que se establecen como parientes a través del ritual religioso, son los únicos miembros de la comunidad a quienes se les aplica este nivel más alto de reverencia.
Factores como la edad, el parentesco, la ocupación, la fluidez en náhuatl y el valor cultural del compadrazgo son primordiales para determinar el nivel de reverencia que uno merece.
Además se puede aumentar el nivel de respeto por el sufijo -tli al -tzin (-tzintli).