Retrato de la reina Ana de Austria

El retrato hizo pareja con el de Felipe II pintado también por Anguissola siete años antes, en 1565.[2]​ A partir de los años 90 del siglo XX, se reconoció la importancia de esta obra y comenzó a ser exhibida en distintas muestras, algunas individuales, como "Sofonisba Anguissola e la sue sorelle" que itineró por Cremona (su ciudad natal), Viena y Washington D. C., o colectivas como "Realismo y Espiritualidad" en Alaquás (Valencia) o "La estética de la Edad Moderna en femenino" en Málaga, para culminar en la exposición del Museo del Prado en 2019 "Historia de dos pintoras: Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana".Destaca el contraste del negro vestido real con el blanco de la manteleta y alto cuello.El cabello rubio se adivina a través del delicado tocado de hilo rizado.La reina muestra sus manos cubiertas por finos guantes como puntos de luz en un entorno gris y un fondo oscuro que da profundidad a la escena.