El cuadro se conserva en la actualidad en el Portland Art Museum (Oregón, Estados Unidos).
[2] Diriksen no era un desconocido en la corte: ya había tenido la ocasión de probar su talento como retratista en 1620, cuando retrató al propio Felipe III vestido con el traje que utilizó en Lisboa en 1619, para su jura como príncipe heredero de Portugal.
[1] La figura, sin duda del natural, debió empezarse en 1629, acabándose el conjunto, con el ropaje y el fondo, en 1630.
Finalmente fue comprado por el Portland Art Museum, en cuya sede se exhibe en la actualidad.
[3] La expresión del rostro debía ser serena, frecuentemente distante, para transmitir una idea de dignidad y elegancia acorde con su estatus.
No obstante, no aparece junto a la infanta ninguna corona, ya que se consideraba que la propia infanta en ella misma ya comunicaba un sentido innato de majestad.