Retrato de Paulo III

La pintura representa, con detalles de realismo absoluto, a un anciano, cansado y desconfiado Paulo III, pero de mirada inteligente y despierta.Se trata de una reinterpretación del retrato oficial del papa Julio II, formulado años antes por Rafael, y al que Tiziano dota de una mayor expresividad, que se refleja en el rostro y las manos, pero sobre todo en la técnica pictórica utilizada en el tratamiento del color de la vestimenta.[4]​ Del mismo cuadro existe una réplica en la sacristía de la catedral de Toledo,[5]​ tradicionalmente atribuida al propio Tiziano, que la habría realizado dos años después de la original.No obstante, dicha atribución ha sido rechazada por algunos académicos, que la han identificado como una réplica posterior.En el catálogo monumental de la catedral, escrito por Jerónimo López de Ayala y publicado en 1991, se cita a Anton van Dyck como posible autor de la mencionada pintura.