Retrato de Carlos V sentado

Tiziano había tenido ya la ocasión de retratar a Carlos V en 1530, con motivo del segundo viaje del emperador a Mantua y Bolonia, retrato que se ha perdido y se conoce únicamente por una xilografía de Giovanni Britto.Posiblemente dos años después pintó del emperador un segundo retrato, el llamado Carlos V con un perro, copiando un modelo de Jacob Seisenegger.[1]​[2]​ En cualquier caso, los retratos de Tiziano complacieron al emperador que lo ennobleció y nombró su pintor.Para el retrato de Isabel se sirvió del retrato anterior, de cuerpo entero y vestida de negro, que se le había pedido corregir y del que hizo una nueva versión con vestido carmesí (Museo del Prado).[5]​ El del emperador evoca, en la pose y en el vestuario, este retrato de Múnich en el que Carlos V aparece de cuerpo entero y vestido de negro, sentado en una logia que se abre al paisaje.