El milagro es descrito así: Y aconteció después, que él iba á la ciudad que se llama Naín, é iban con él muchos de sus discípulos, y gran compañía.
Y dice: muchacho, á ti digo, levántate.
Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó á hablar.
En particular, la ubicación de Naín es muy cercana a Sunén, identificado con el actual Sulam.
Aquí está el gran Dios y Salvador de Israel hecho carne...[6] La mujer en la historia había perdido tanto a su marido y a su hijo único, de modo que no quedaba nadie para apoyarla.